José Heriberto es un pintor y escultor autodidacta. Cada vez que se habla de un artista multidisciplinar, que desarrolla su obra en vertientes técnicas 

José Heriberto es un pintor y escultor autodidacta. Cada vez que se habla de un artista multidisciplinar, que desarrolla su obra en vertientes técnicas distintas, siempre tendemos a pensar que su estilo propio marca las pautas en las que desarrolla su obra; quiero decir con esto que la impronta del artista es reconocible en un dibujo, en una escultura o en una pintura… que cuando vemos un dibujo o una escultura de “Fulanito de Tal” los identificamos rápidamente gracias a ese estilo que parece el mismo, ya sea en el dibujo o en la escultura.

 

Con José Heriberto no ocurre de esta forma. Parece que cuando comparamos su escultura con su pintura nos hallamos con dos artistas diametralmente opuestos, como dos personalidades que se enfrentan con visiones distintas al mundo, dependiendo si sus palabras van a ser las mezclas del pigmento o la talla de madera o piedra. En su pintura respira la autenticidad, del artista que se muestra desnudo ante la contemplación de su modelo. Son temas sencillos, directos, sin intelectualidad aparente, con la preocupación por una descripción realista y nada rebuscada donde el tema pasa a ser el protagonista y el artista carece de toda influencia externa.

 

Su escultura es bien distinta, bebe de la fuente de otros artistas, se deja mecer por las enseñanzas que las obras de otros autores han dejado en él de forma consciente o inconsciente… De esta manera sus piezas respiran retales de gente como Plácido Fleitas, Chillida y quizás hasta Tapies…; pero aun así, desde la visión reciclada y única de su obra el artista grita el derecho de su individualidad.

 

José Heriberto: escultura y pintura, dos formas distintas de abordar el mundo y el arte bajo la supervisión de un solo artista en la lucha por la autenticidad de forma distinta en ambos campos… Dos mundos enfrentados con un punto de unión: el artista mismo.